jueves, 12 de diciembre de 2013

Pensar la dirección en Teatro Espontáneo

Dirigir teatro espontáneo. ¿De qué se trata, cuál es la tarea del director? En las anteriores notas fui poniendo en foco distintos aspectos que intervienen en este dispositivo: actor, sensaciones,  escenas, relatos, narrador, entre otros.
Me interesa encontrar algunas imágenes para pensar esa función.

Dirección, dar una dirección, un horizonte, conducir, guiar, proponer un eje de coordenadas donde van a tener lugar los otros y sus relatos. Diría que tiene que ver con conectar, ser un puente que conecta al público y sus narraciones con los actores y sus cuerpos expresivos para que tenga lugar el encuentro.  Como si fuese un tercero que organiza un diálogo no porque controla el tipo de intercambio sino porque ayuda a que se canalice a través de las instancias presentes. Un diálogo poético donde se utilizan el lenguaje de la conciencia [palabras] y el lenguaje de lo inconsciente [imágenes].

Me pregunto cuál sería la partitura en este teatro y pienso en una partitura improvisada que se va escribiendo mientras se hace y que incluye a todos los que están presentes, una escritura hecha por luces, sonidos de la música, movimientos de los actores, fluidez de los relatos, silencios, manos en alto, representaciones… todo es la partitura.

La dirección a lo largo de una función va tomando distintas formas, hay aspectos globales como al que hacía referencia en el párrafo anterior. También hay aspectos más particulares, por ejemplo cuando el director escucha al narrador y propone a los actores una estructura para realizar la versión teatral. Como si el director en ese momento de escucha del relato pudiera definir con qué caña los actores tendrán posibilidades de pescar ESO que contiene el relato y quiere ser representado… como si dijera para este relato convendría una caña corta con una carnada simple… para este otro relato convendría un medio mundo… en este caso sería conveniente pescar con mosca… a partir del relato intuir lo que busca emerger y proponer una estructura de representación para dar pie a que ESO cobre visibilidad. El tipo de caña sería la estructura.  Y digo ESO como si fuera algo obvio que cae de maduro pero a qué me refiero? A lo que no puede nombrarse, lo que fluye, algo que es invisible pero sentimos su presencia, que no tiene una sola forma pero que se expresa a través de… el cuerpo y sus formas… de las emociones… de las palabras.


Eso que le da sentido a nuestra función y cuando se hace presente nos conmueve en la fibra más honda de nuestra humanidad.

Publicada en El Semejante / Diciembre 2013

miércoles, 6 de noviembre de 2013

2º Encuentro Nacional de Teatro Espontáneo - Buenos Aires 2014

Convocatoria a ser parte de la Organización

Estimados compañeros teatreros espontáneos de Buenos Aires y alrededores:

Con alegría y entusiasmo queremos contarles que Buenos Aires será la sede del 2º Encuentro Nacional de Teatro Espontáneo de Argentina a realizarse en la fecha probable de octubre 2014. 

La propuesta de que se realice en Buenos Aires surgió en octubre pasado durante el Foro Latinoamericano en Paraguay. Los compañeros que participaron de la organización del 1º Encuentro en Agua de Oro –Córdoba- nos pasaron la "posta" a los participantes presentes de Buenos Aires. 

Les escribimos para convocarlos a formar parte de la comisión organizadora. La convocatoria es abierta dado que se busca horizontalidad en la organización. Los invitamos a sumarse y participar de las distintas gestiones que se necesitan para llevar a cabo un Encuentro Nacional.

La idea es tener una primera reunión en La Casona de Humahuaca a finales de noviembre, principios de diciembre. Para ver quiénes somos, los compromisos que cada uno puede asumir y cómo nos vamos a organizar (para organizar!). 

Los que deseen sumarse pueden escribirnos a:
·         Elisa Davolio: elidavolio@hotmail.com celu 1556071180
·         Verónica Bracamonte: verobrac@gmail.com  celu 1562650722

Saludos!!!


Elisa Davolio y Verónica Bracamonte    

Teatro Espontáneo: Pueblo de Encuentros


Pensaba escribir sobre el encuentro como esos instantes de contacto ya sea con nosotros mismos, con el otro y también con eso del mundo que nos interesa. También lo pienso como un hallazgo, como algo que se produce en esa relación con eso otro y que produce sorpresa. ¿Nos damos cuenta cuando estamos en ese momento de encuentro?, ¿somos conscientes cuando eso sucede?

Curiosamente teniendo este tema en mente llega a mis ojos con un brillo especial una foto del foro nacional de teatro espontáneo octubre 2012 en la que había escrita una oración sobre un afiche gigante, que decía “Un pueblo de encuentros que visten historias”. Nada más atinado para esta nota. El teatro espontáneo (TE), un pueblo de encuentros, sencillamente hermoso. Es algo muy impresionante que surja naturalmente entre diferentes teatristas definir al teatro espontáneo como un lugar, una especie de país o territorio.

El teatro tradicional propone un espacio dramático, ya tenemos una dimensión espacial. Por su parte, el TE plantea en ese espacio dramático en principio un espacio vacío que será habitado por las historias del público. Aquí ya tenemos un juego con la palabra espacio que me resulta interesante. Por un lado la dimensión espacial propiamente dicha y por otro, el hecho de que para que algo acontezca debe haber espacio, sería una dimensión estructural. Cuando llevamos nuestro teatro a cualquier comunidad o institución decimos que en cualquier lugar se puede armar nuestro dispositivo, se puede armar que se podría traducir como hacer lugar a.

El trabajar en TE nos va entrenando en una herramienta que se ocupa de crear espacios vacíos. ¿Para qué? Para propiciar encuentros. Para encontrarnos nosotros, para entrar en contacto con el otro, para descubrir una nueva mirada de lo mundano, para escuchar relatos.
Hacer lugar, se me ocurre que es ese mismo hacer el que va creando (produciendo) en nosotros -los hacedores- cierta identidad común en la que nos sentimos habitantes, anfitriones, vecinos, aventureros.
Porque no se trata de un pueblo con fronteras geográficas sino que es un pueblo de encuentros, una tierra de encuentros, de reconocimientos, de contacto.

La segunda parte de la frase “que visten historias” es igualmente acertada como bella.  Que visten relatos, el vestido como ese modo indirecto de hablar del teatro y su representación. Le ponen el cuerpo -cargado de poética- a nuestra cotidianeidad. Y siempre en plural porque si hay algo multiplicador en este pueblo es que nunca se trata de una historia, siempre son historias, con s (ese), relatos, vivencias, emociones.

En marzo publicaba una nota que hacía referencia a ese mismo foro y hablaba de un taller en el que se trabajó el poder historizar el movimiento del teatro espontáneo en argentina, historizar el movimiento y también a nosotros mismos, en qué momento de esa historia habíamos conocido este pueblo.
Hace casi un mes estuve en Paraguay participando del V Foro Latinoamericano de Teatro Espontáneo. Fue un Foro hermoso, sentido, íntimo. Y en unos de esos instantes mágicos que se dan de forma inesperada nació la idea de llevar a cabo el 2° Foro Nacional de TE en el 2014 en Buenos Aires. Con Elisa Davolio (colega e integrante de la Compañía Cosmos) nos miramos -¿Hay equipo?- nos preguntamos buscando cada una en la otra la complicidad necesaria para decirle que sí a ese impulso en forma de propuesta.
En estos días ya es una idea que empieza a dar sus primeros pasos y con Elisa vamos armando la convocatoria para aquellas personas que se quieran sumar a la comisión organizadora.

Algo que todo el tiempo me vino a la mente desde ese entonces hasta hoy es “a veces hay que poner la casa para que el encuentro se produzca y para que la comunidad se siga multiplicando”… a veces hay que poner la casa… a veces somos invitados y a veces anfitriones de un colectivo itinerante que está en pleno crecimiento. Con mucha alegría y una sensación de vértigo total afirmamos que en el 2014 todos serán bienvenidos a nuestra casa, las puertas estarán abiertas de par en par, el corazón inquieto de emoción y el pueblo de las historias tendrá un espacio donde acampar.



Nota Publicada para “El Semejante” / noviembre de 2013

martes, 8 de octubre de 2013

¿Qué pasa cuando abrimos una sensación y la sacamos al mundo?

Muchas veces abrimos lo que nos pasa con el objetivo de compartirlo pero sin pensar que en ese momento lo que sentimos se puede ver transformado, reparado o iluminado. Cuando el relato -de una sensación o de una historia- lo tenemos en la mente y/o en el cuerpo tiene un aspecto y cuando la sacamos para afuera, muchas veces se modifica, toma otras formas, otro vuelo. Como cuando tenemos en la mente ese vestido que era tan divino y que nos quedaba tan bien y de repente lo buscamos en el ropero -porque hace rato que no lo usamos- y nos encontramos con un vestido completamente distinto al que recordábamos, más chico, quizá más gastado y también puede pasar que nos quede mucho mejor ahora que antes. Lo cierto es que nos damos cuenta de esas diferencias porque lo fuimos a buscar y pudimos contrastar esa imagen mental que teníamos con la realidad de la ropa.
Es un ejemplo trivial y sin embargo, con el teatro espontáneo sucede algo parecido, ponemos en palabras nuestras sensaciones, luego las vemos representadas y ¡Zas! Caen velos, algo se descubre y se ve transformado eso que sentíamos.
Hace poco pedí ver una sensación “desde que nació Eva [mi hija] me pasa que por la noche hay mucho más movimiento y suceden muchas más cosas que las que pasaban antes, jamás me despertaba en toda la noche. Ahora me levanto varias veces, voy a la cama de ella, ella se pasa a la mía, voy al baño, paso por la cocina, etc”
En este caso durante el relato y su versión teatral, algo pulsó en mi interior y se empezó a abrir. Me vino la idea que la noche podía ser lo inconsciente, eso que está oscurecido para la conciencia y que a partir de un acontecimiento [como la maternidad] se mueve y resignifica el mundo. No lo pienso con ánimo de interpretación psicoanalítica sino como vía de acceso a nosotros mismos. Darme cuenta que ahora hay más espacios mentales y de la realidad en los que participo. Cuando levanté la mano para compartir mi sensación solamente pensé en lo que siempre escuchaba decir respecto de cómo te cambia el sueño (y la vida) tener un hijo y sin anticiparlo me encontré a su vez con el reconocimiento de nuevos territorios que hoy conforman mi realidad.  

Sacar una sensación al mundo como parte de un relatarse a uno mismo su propia historia actualizándola. Sacarla al mundo, como tomar contacto con el universo humano y con el mundo de los otros. Mostrarnos al mundo, en el mundo, a través del mundo y su complejidad.

Publicado en "El semejante" / octubre 2013

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Reflejos con vida propia

Cuántas veces tenemos creencias que se van modificando a lo largo del tiempo. ¿Qué fue lo que cambió? Me animo a responder que la mayoría de las veces nuestra perspectiva cambió y eso hizo que el mundo, nuestro mundo, cambiara y fuera más grande, más vasto, más amplio, más profundo, y también… todo eso junto.
Pedir ver una sensación en teatro espontáneo es pedir vernos a nosotros mismos, creándose en la magia teatral la oportunidad para descubrir algo que somos o que desconocemos y también para ampliar nuestro mundo. Hay muchas maneras de mirarse, está quien se mira para aprender, descubrir, conocer y está quién gusta de mirarse, que busca confirmar lo que ya sabe, o hace gala de su belleza. Distintas posibilidades que van delineando nuestro modo de ser.
Lo curioso de este espejo poético es que tiene vida propia. Uno pide ver una sensación y si bien el propósito se logra cuando la persona ve algo de sí en la representación… no obstante… la representación es construida por personas como uno, con sus vidas, sus improntas, sus bagajes, sus modos de escucha y que sin cocción previa producen una recreación improvisada de la sensación relatada por el narrador.
La propuesta es más que interesante y misteriosa, lanzar un relato al espejo y esperar vernos ahí a través de otros. Soy testigo de la potencia que logra en infinitas oportunidades. Es impactante y conmovedor encontrarse en ese reflejo teatral y recuperar experiencias vividas. Se logra una nueva vivencia con perfume histórico. Ojalá siempre fuera así… pero… también es cierto que no siempre refleja lo que esperamos ver, no siempre hace lo que imaginamos, contamos algo y la imagen que se produce ilumina aspectos que para nosotros fueron secundarios, o pensamos que la escena comenzará y se desarrollará de tal o cual manera y sin embargo los actores arman un nuevo relato estético. En este sentido es una sorpresa revivir ese momento y advertir nuevos focos de luz.
Otras veces, puede suceder que el espejo produzca una imagen que no se parece en nada a nosotros, y me tiento por agregar que no se parece en nada a la idea que tenemos de nosotros. No descarto que el grupo de actores distorsione el relato por motivos particulares como ser esas veces que a uno o varios actores les toca tan de cerca el relato del narrador que actúan su propia versión de lo contado.

Un abanico de posibilidades hecho de un arte escénico que multiplica miradas, relatos, sentidos. Que escribe con una mano múltiple y colectiva.  Que produce reflejos con vida que invita a mirarnos.  

Publicado en "El semejante" / Septiembre 2013

miércoles, 21 de agosto de 2013

¿En qué escenas estamos parados?

En un taller de teatro espontáneo Juan cuenta que estaba volviendo en tren de provincia a capital, volvía a su casa. Por el horario sabía que era posible que se cruzase con la barra brava de river y eso lo ponía muy nervioso, le daba terror. Si bien no se cruzó con la misma pidió ver ese momento, en el que se hubiera cruzado y ver su reacción a través del actor protagonista.
Desde la dirección propongo que el actor que hace de Juan se ubique en el centro del espacio dramático y que desde cuatro puntos –en los bordes de la escena- se ubiquen cuatro representantes de esa barra brava, uno en cada punto armando un cuadrado. Entonces la barra brava va acercándose a Juan, paso a paso. En el centro Juan que empieza a sentirse inquieto, con miedo. La escena sigue avanzando hasta que los cuatro personajes quedan rodeando al actor que hace de Juan que se encuentra en cuclillas, con los ojos cerrados sin posibilidad de escape o pelea. Final de la escena.
Vuelve la mirada hacia Juan que miró la escena con interés y ahora está con una sonrisa. No es la escena que se imaginó, comenta. Parece haber un dejo de frustración en el ambiente. El actor que hizo de él cuenta que la escena le generó la necesidad de no hacer un escape heroico ni de enfrentamiento sino por el contrario hacerse chiquito y quedarse quieto en el lugar.

En este caso, cuando el actor comparte su percepción nos da la clave de la escena de Juan. Él pidió verse con miedo. Mirar con los ojos abiertos una escena en la que se encuentra con los ojos cerrados.

En teatro espontáneo la propuesta es representar teatralmente lo narrado o mejor aún lo que está dicho entre líneas. Cuando el narrador finaliza su relato y se dispone a mirar la escena hay un instante de silencio, de víspera, de expectativa muda que vacila… ¿Qué harán los actores? ¿Cómo representarán esta historia?

No siempre tenemos claro lo que pedimos ver, ni somos conscientes de cómo vivimos o quiénes somos y mucho menos sabemos con qué nos vamos a encontrar cuando veamos nuestra escena. Este dispositivo oficia a modo de espejo que busca producir a través de la metáfora y la poética las escenas que nos capturan, que nos expanden, que nos frustran y que nos dan vida. Para mirarnos. Para dar visibilidad a lo que nos inquieta. Y también para producir escenas que soporten nuestra realidad, que nos ofrezcan puntos de referencia a los que podamos acudir cuando sintamos la necesidad.

Publicado en "El semejante" / agosto 2013

jueves, 4 de julio de 2013

Función de Teatro Espontáneo


Este viernes fui invitada por el Grupo Resonancias a participar de la función como actriz. 
Estoy muy contenta y agradecida. 
Están todos invitados!!!!
Los esperamos

Devenir Narrador

En el teatro espontáneo hay una silla vacía destinada a cualquier persona que desee contar alguna experiencia, se llama la silla del narrador.
Es un lugar clave que no pasa desapercibido… provoca todo tipo de sensaciones, tanto a los que se sientan ahí como a los que no desean hacerlo. Para muchos, ese asiento, es visto como una oportunidad llena de desafíos, que estimula y transforma. Para otros, sin embargo, es un lugar temible de mucha exposición y parece mejor negocio evitarlo que lanzarse al vértigo de encontrar las palabras a ser compartidas. De alguna manera es el que hace funcionar la máquina teatral porque quien ocupe ese lugar propondrá un texto, aportará un guión que generará escenas, imágenes, representaciones. Entonces se puede decir que primero y antes que nada es una máquina habladora, produce relatos, alguien se sienta y habla, cuenta algo, comparte un fragmento de su historia.
Para Jo Salas, co-creadora de la técnica, parte de la eficacia curativa de este tipo de teatro se debe a reconocer que en el ser humano hay una necesidad intrínseca de contarnos nuestras historias y ese impulso vital tiene un lugar central en este dispositivo. En esta propuesta se invita a sentir, a decir, a escuchar y a ver. Se amplifican los sentidos para que nos sumerjamos en un mundo creativo, poético, teatral y por sobre todas las cosas, humano. El hilo que va dando puntadas a la trama que se teje está en la voz de los que narran, y ellos –los narradores- emergen del colectivo-espectador que asiste a la obra.
Recuerdo la primera vez que fui narradora en una función de la Compañía El Pasaje, en Córdoba. Hablar en público implicaba taquicardia, risa nerviosa, y demás síntomas de timidez frente a la exposición. Pero dejé nacer ese impulso vital y conté que durante la tarde estaba dormitando sobre una reposera en un recreo del taller intensivo de teatro y de repente me desperté sobresaltada pegué un salto como si hubiera sucedido algo y cuando estaba casi de pie miré a mi alrededor pero todo seguía en calma, sorprendida volví a acomodarme en la reposera. Lo conté y una parte de mí –la que critica- juzgó mi relato como efímero, común y falto de profundidad. Hace poco recordé ese momento que siempre viví con extrañeza y por primera vez lo sentí como un despertar. Estaba despertando al teatro y al mundo creativo.


Devenir narrador, como dar un paso y animarse a llevar a cabo la tarea de decir. 
Para descubrirnos. 
Para encontrarnos. 
Para sorprendernos. 
Para crearnos.

Publicado en "El semejante" / Julio 2013 

martes, 11 de junio de 2013

Status (Revista de Impro): Status N° 24 - Junio 2013

Recomiendo esta Revista on line que muestra el mundo de la Impro, sus referentes, los grupos, la actualidad y la comunidad impro de un modo ágil y creativo!!!

Status (Revista de Impro): Status N° 24 - Junio 2013

Encuentro Intensivo de Dirección en Teatro Espontáneo. Córdoba. Abril 2013

Los días 26, 27 y 28 de Abril participé de un Encuentro Intensivo de Dirección en Teatro Espontáneo bajo la coordinación de Marilén Garavelli en su lugar El Pasaje, Córdoba.

Fue una experiencia sumamente enriquecedora y nutricia. El Pasaje es un lugar acogedor, es una sala, un hogar, el espacio de Marilén que te recibe y te invita a meterte en un mundo poético, teatral y sagrado.
El grupo fue muy intenso, variado y potente. Mujeres de Nicaragua, de Chile, un grupo de Paraguay, de Venezuela, de México, amigos de Rosario, de Córdoba, de Buenos Aires. 
Cuánta intensidad recorre mi mente mientras escribo y recuerdo.

Convido y suelto al viento-blog dos haiku (*) que escribí como parte de una consigna al término de un ejercicio. 

DOBLE DESAFIO
ABRE EL MUNDO INTERNO
RECUPERO LA VOZ

SINTONIZANDO
CONECTO CON OTRO SER
TOCO SU CORAZÓN

Gracias a todos y a cada uno de este maravilloso grupo: 
Claudia, Laura, Cristina, ClauMar, Gladys, Mariana, Néstor, Carlos, Claudia,  Oscar, Gandhari, Leo, Bea, Ana, Jesi, Javo, Lirio, Maria, Viviana, Seba, y a Marilén.

Gracias! quiero que sepan que me acompañan en esta soledad tan habitada del trabajo de coordinación y dirección en teatro espontáneo.

Y para finalizar tomo una frase que apareció en una escena que me emocionó profundamente: 

Son mi tierra adentro
el alma agradece


(*) el haiku es tipo de poesía de oriente cuya estructura es de tres versos el 1º de 5 sílabas, el 2º de 7 y el 3º de 5 (5-7-5)

El actor en el Teatro Espontáneo

Pienso en los distintos elementos que componen el teatro espontáneo y detengo la mirada en el rol de actor. Actuar historias que narran otras personas. Se trata en principio sólo de eso, actuar roles, emociones, relatos, escenas que otros relatan, en vivo y en directo, pero ¿Cómo hago si no estudié actuación? ¿Dónde se aprende?

Improviso un juego, formular distintas preguntas acerca del rol de actor, algunas que me hice en estos años, que hacen mis alumnos, que hacen los que participan de una función y luego proponer respuestas, todas ellas relativas y a la vez no tanto, que fui encontrando en mi experiencia y en el intercambio con otros;  un coro de voces que piden ser escuchadas, escritas y comunicadas.

¿Cómo me formo para ser actor de teatro espontaneo? ¿Qué hay que estudiar?  ¿Cómo hacen los actores para representar una historia justo después de escucharla? ¿Está todo armado previamente? ¿Cómo se organizan para no pisarse? ¿Cómo hacen para emocionar así, tan hondo? ¿Y si me eligen para un rol que no me gusta?  ¿Cómo se logra espontaneidad sin caer en el cliché? ¿Ser espontáneo es hacer lo que me de la gana?

El actor en Teatro Espontáneo pone el cuerpo en la escena. Se afecta de lo que acontece y lo expresa. A partir de las palabras crea imágenes, formas. Es como una escultura que se deja tallar por el narrador. Funciona como canal. Pone de relieve. Genera climas, da lugar a que las historias dialoguen. Las técnicas y recursos dramáticos son útiles sin embargo más que estudiar se trata de pasar por la experiencia, conocer la actuación desde la vivencia. Muchas veces se empieza jugando. Sin exigencias ni pretensiones, a partir de posibilidades expresivas. 


Actuar es un modo de brindarse al otro, de servirle. Es decirle al narrador y  los que observan, te ofrezco lo que tengo para dar, esta escultura o escena que creo con otros para que puedas mirarte y ver lo bello que Sos, y también puedas ver tus sombras, tus partes oscuras. Que puedas ver aspectos de una situación dolorosa que alivia cuando se la ve fuera de uno. Que puedas sentir la escena como una caricia honda, que te sientas abrigado por el espacio dramático, por el auditorio como un gran abrazo colectivo. Y a la vez, en eso que se da al otro el actor se enriquece porque también entra en contacto con sus personajes, con sus clichés. Como si un actor nos dijera al oído: Me ofrezco para que te mires en mi reflejo y a la vez me ayudes a verme.

Publicado en "El semejante" / Junio 2013

martes, 7 de mayo de 2013

V Foro Latinoamericano de Teatro Espontáneo

Durante los días 5 - 6 y 7 de Octubre tendrá lugar en 5º Foro Latinoamericano de Teatro Espontáneo en Asunción, Paraguay.



A título informativo y porque me gusta historizar y dar un encuadre a las cosas es que quiero contarles algunas cosas.

En el año 2005 se realizó en Córdoba Capital el 1º Foro latinoamericano de teatro espontáneo. Fue una experiencia hermosa, potente y que sigue dando sus frutos. Fue un primer Foro en el que había mucho entusiasmo y mucha disponibilidad para el encuentro, para encontrarnos los que estábamos en este nuevo mundo y conocernos.

En el año 2007 se realizó el 2º foro latinoamericano en Santiago de Chile. En este país el movimiento de Teatro Espontáneo se organizó más operativamente y de hecho tomaron la iniciativa de generar un 2º encuentro qué comenzó a delinear el curso de los próximos encuentros cada dos años. La movida chilena se multiplicó rápidamente y es muy interesante conocer sus modos de abordar el teatro espontáneo.

En el año 2009 se realizó en Uruguay. Este encuentro tuvo lugar en las afueras de Montevideo y por lo que describieron los que asistieron al mismo hubo un clima de calidez y celebración muy agradable.

Y en 2011 se hizo el 4º Foro en San Pablo, Brasil. Para este evento participaron alrededor de 250 personas de todo latinoamérica.

El teatro espontáneo es un movimiento joven que va creciendo de forma bastante horizontal y rizomática, fuera de lo institucional (con esto digo que no hay una institución oficial que organice este movimiento).  El término Teatro Espontáneo nuclea muchas formas y dispositivos diferentes como por ejemplo el teatro debate, el playback theatre, el teatro de la espontaneidad, etc.
Uno de los puntos en común podríamos situarlo en relación al trabajo teatral de lo que se cuenta o relata. Sea que haya vecinos, actores, grupos específicos o cualquier tipo de auditorio lo que sucede en una función es que quien conduce y/o coordina buscará lograr un clima ameno en el colectivo humano para que algunas personas se animen a contar algo de su historia y luego otros lo representen teatralmente. 

Conozco y hago teatro espontáneo desde hace 10 años. Es una actividad noble, generosa que nutre y alimenta el espíritu. 
Por eso invito a quien desee conocer más a que se sume a los distintos grupos que funcionen en Argentina o en sus países y al que desea y tiene la posibilidad lo invito a que nos encontremos en Asunción los primeros días de Octubre.
La invitación es para encontrarnos a intercambiar, compartir, conocer, experimentar, vivenciar y celebrar esta herramienta que cada día se multiplica más y más

Para mayores datos pueden escribir al mail: forodeteatroespontaneopy@gmail.com 

O bien buscarlo por Facebook




Los relatos antes de ser contados (*)


“¿El poema existe antes de ser escrito? ¿La idea existe antes de que la conozcan? 
(…) ¿Adónde vamos a escuchar la música que nadie ha oído todavía? 
Hay un lugar en nuestro cuerpo al que podemos acudir y escuchar. 
Si vamos allá y guardamos silencio, podremos extraer la música.”
(Stephen Nachmanovitch, 2004)

 Uno de los momentos privilegiados en teatro espontáneo es cuando el narrador hace su relato. Emergen de la voz de personas que se animan a contar, voluntaria y espontáneamente, recuerdos y/o sensaciones. Entonces, el auditorio en un silencio expectante escucha retazos de vida que luego serán representados.

Aparecen diversas preguntas que suenan en mi mente ¿Existen esas narraciones antes de ser referidas? ¿Dónde estaban esos decires antes de ser dichos? En una sensación, ¿Lo relatado es igual a la imagen que evoca? ¿Hay un solo cuento acerca de una historia? ¿Hay una historia sola en cada narración? ¿Siempre que se cuenta muta el relato? ¿Tienen vida?

Con las manos llenas de semillas lanzo la siembra al viento y hago rodar las preguntas para aventurar algunas respuestas como luces en el camino. Intuyo rutas posibles. Pienso que los relatos antes de ser contados son como el río que fluye, como la luz que emana de las estrellas, como la sonrisa del bebé que nació hace poquito. Son vivencia, circunstancia, reflexión, anécdota. Se alojan en el cuerpo, en la idea, en el corazón. Andan revoloteando como pequeñas campanitas alrededor de nosotros y se insinúan entre los sentidos -hasta parecen chistarnos a veces-. Son gérmenes, semillas, supuestos, carne, sueño. El caldo de la sopa, lo que aún no existe pero está sucediendo, partes de uno mismo en la inconsciencia del ser. Están ahí haciendo cuerpo a la vera de la razón.

A veces uno puede detenerse a mirar y advertir la presencia inminente de relatos que brotan de la piel, de los ojos, de la cabeza de las personas. Otras veces me quedo con la sensación que la gente ni se da cuenta de la cantidad de relatos que llevan puestos, esperando la ocasión. Narrar, relatar, contar, ficcionar, decir, hablar, charlar son distintos modos de decirnos acerca de nosotros mismos, de iluminarnos. Los seres humanos estamos hechos de relatos, que nos historizan, que hacen cuento nuestra vida. En mi caso tengo muchos relatos en el punto en el que aún son puro cuerpo, sensación innominable que pervive ahí, justo en el límite de la palabra y la voz, como pura vibración y cuando respiro siento su presencia.

(*) Publicado en el Diario El Semejante / Mayo 2013

lunes, 1 de abril de 2013

Teatro Espontáneo para mirarnos el alma


En un taller, una clase o en una función de teatro espontáneo la dinámica tiene sus semejanzas, después de entrar en un clima de respeto e intimidad hay personas que relatan algo de su vida (algún recuerdo, sensación, imagen, deseo) y otras personas en el rol de actores la representan. A veces un relato simple, disfrazado de anécdota, se abre como un cofre lleno de oro durante su creación teatral e irradia una luz que conmueve. Y cuando eso sucede el narrador es tocado por la escena y se miran.
Quiero compartir una vez que conté una historia en un entrenamiento con mi grupo. En general, no me caracterizo por ser una buena narradora (en el sentido de tener el relato bien organizado y procesado) más bien soy intuitiva y tengo una paleta de sensaciones que no siempre se dicen claramente con palabras. Esa vez hablé de mis abuelos maternos, de lo amorosos que eran conmigo. Ellos dejaron este mundo cuando yo tenía 6 y 7 años. Y cuando tenía como 10 años, entendí con una claridad pasmosa que no volvería a verlos, recuerdo ese instante de verdad con bastante nitidez. Estaba en la casa de mis padres en un pasillo pequeño que conectaba distintos ambientes y me desbordó la emoción. Lloraba, hablé con mi mamá y me abrazó.
Esos recuerdos muchas veces los había tenido presente y esa vez los hice relato sólo porque acudieron a mi mente. La escena no tardó en iniciarse. La percibí como en cámara lenta, como si me demorara en cada instante y lo saboreara. Se recreó un primer momento de niña jugando con mis abuelos,  y luego el momento en el que caía en la cuenta que ellos se habían ido. Hubo una despedida. Embargada en una emoción profunda, las lágrimas salían de mis ojos como una catarata. Y no era tristeza. Era amor y un profundo recogimiento, lleno de agradecimiento. Esa nueva versión de aquel recuerdo me permitió volver a jugar con mis abuelos; y también me permitió despedirme. Decirles hasta luego.
No era la primera vez que narraba y confieso que esa maravillosa despedida fue una emotiva sorpresa, hablé de mis abuelos como quien cuenta anécdotas de la infancia, con afecto y el sabor de la distancia sin saber que la escena me iba a permitir honrarlos.
Cuántas veces tenemos la oportunidad de mirarnos el alma. Ver nuestro relato hecho escena como una invitación a celebrarnos, emocionarnos, reírnos, divertirnos, animarnos, reconocernos, alentarnos, despedirnos, acogernos, amarnos, abrazarnos. A nosotros mismos, a nuestras familias, a nuestras comunidades, a nuestras culturas, a nuestras tierras.

Nota publicada en el Diario "El Semejante" / Abril 2013

martes, 26 de marzo de 2013

La combinada, compañía de teatro espontáneo. Una etapa de 9 años



LA COMBINADA es una compañía de teatro espontáneo que nació el 13 de diciembre del 2003, en Capital Federal. Podría definirla como una apasionada del teatro espontáneo.  
Pasión, Intuición y Juego son claves del alma de la compañía.
Por esos primeros años éramos un grupo de entusiastas que deseaban lanzarse a la mar de este mundo poético y ese motor lleno de potencia y amor nos hizo recorrer muchos lugares y dar funciones en todo tipo de espacios. La magia nos habitaba en cada función y en cada entrenamiento. Pulsaba por SER.
La Combinada ha estado en cárceles de hombres, en barrios humildes, en distintas salas de teatro, en escuelas, en ateneos clínicos de asociaciones psicoanalíticas como APA y Apdeba. Ha estado en distintos lugares del país como Tucumán y Comodoro Rivadavia en actividades para el Ministerio de Desarrollo. Ha trabajado en capacitaciones en la Universidad de San Andrés. En la Universidad de Buenos Aires (UBA). La consultora Huatana (una estimada amiga del grupo) le permitió a la compañía conocer el mundo de las organizaciones y no morir en el prejuicio de que el arte y el mundo empresarial son inexorablemente opuestos.

En estos años, se fueron combinando distintos integrantes, algunos la iniciaron y fundaron,  otros llegaron más adelante con nuevos motores y vitalidades. En esos cambios la identidad del grupo se fue transformando en algunos aspectos y el alma siguió evolucionando.


En lo personal formé parte de la compañía hasta diciembre del 2012. Fue un lugar de pertenencia, de existencia, de multiplicación. El grupo fue mi gran maestro. Gracias a La Combi no sólo conocí el teatro espontáneo sino que lo experimenté, conocí aspectos míos que no pensé que existían. La combinada como una madre dadora me contuvo, me amó, me ayudó a creer en mí, a confiar.  Como un padre me llevó de la mano a conocer nuevos mundos posibles. Y en ese tránsito de 9 años hoy nace una nueva etapa, en la que el fuego sagrado pulsa por seguir andando nuevos caminos.
¡Gracias Combi!

Para quienes deseen conocer próximas funciones del grupo.
Se presenta un domingo al mes en Sala Mediterránea, Tucumán 3378, Capital Federal

Se pueden contactar con el grupo:
Facebook/La combinada

miércoles, 6 de marzo de 2013

TALLERES 2013

MARZO GRATUITO! APROVECHÁ
SÁBADOS 16 Y 23 DE MARZO 
VENI A CONOCER EL TEATRO ESPONTÁNEO


martes, 5 de marzo de 2013

Lo Social y el Teatro Espontáneo


En octubre del 2012 se realizó el 1º Foro Argentino de Teatro Espontáneo en Agua de Oro, Provincia de Córdoba. Fueron tres días en los que cerca de 150 personas de todo el país y de algunos países limítrofes nos reunimos para vivenciar, compartir, dialogar e intercambiar experiencias con el Teatro Espontáneo.
Por la tarde del día sábado se realizó un taller que fue coordinado por Entre-Fugas un grupo cordobés. Las coordinadoras, Virginia y Roxana, propusieron trabajar con la línea histórica del TE (Teatro Espontáneo) desde sus inicios en el país hasta el día de hoy. La idea era que las personas pensáramos qué nos aportó este dispositivo, qué despertó nuestro interés. Luego se propuso que nos agrupáramos en virtud del año que habíamos conocido la técnica y compartiéramos nuestra experiencia. Junto con ello debíamos pensar qué andaba pasando en el país por ese año. Por último, para lograr una síntesis las coordinadoras dieron la consigna de que cada grupo de cada año debía crear una escena o sensación que implicara lo personal, lo grupal y lo social para mostrarla al resto del auditorio.
Con mucho arte lograron iluminar el movimiento del TE en Argentina. Así fue cómo las escenas comenzaron desde el año 2012 hasta 1992 cuando Marilén Garavelli conoció la técnica en un congreso de psicodrama en Holanda.
Fue una experiencia que me impactó mucho porque vi cómo el proceso del  TE en este país y de lo social estaban “casualmente” relacionados. Si bien hay más personas que trabajan con esta técnica y no pudieron estar en el Foro, fue importante ver que los primeros 10 años se caracterizaron por tener pocos participantes a la vez que históricamente se recordaban los distintos mandatos presidenciales y algunos acontecimientos importantes. Luego del 2001, del 2002 al 2012, tuvieron en común la mayor cantidad de gente, año tras año los grupos eran más y más numerosos y en lo social, hubo la necesidad de reagruparse.
El proceso social vivido acá dio lugar a que se multiplicara el movimiento de Teatro Espontáneo. En lo personal pude ubicar mi recorrido dentro de un movimiento joven y muy prometedor que trabaja en la relación del arte con la salud con el horizonte de humanizar nuestros vínculos, de crear con lo que somos, con lo que nos está sucediendo y generando espacios para que en los grupos, los barrios, las escuelas y las diferentes comunidades se pueda poner en palabras y en escenas lo que haya para decir.

Publicado en El Semejante / Marzo 2013

Imaginemos que el límite es una puerta


Hoy quiero escribir de los límites, en esto de decir NO para decir SI. Tengo la impresión que tiene mala prensa la palabra límite o que se la relaciona con algo rígido y autoritario sin embargo pienso que también produce dimensiones, estructura, organiza, sitúa, identifica, aclara, discrimina, habilita. Da sentido a lo que sucede por dentro y a lo que queda por fuera.
Es común en los talleres de teatro espontáneo que a partir de una regla, condición o límite lo primero que surja sea poner en cuestión esa regla o pretender que no está, y esta situación nos permite comprender que el sujeto se está tomando tiempo para adentrarse en el territorio que funda ese límite. Imaginemos que el límite es una puerta que está puesta en la mitad del espacio dramático y que el sujeto en esa demora protesta por la puerta, por el marco, por el color del marco, que todo es arbitrario y obstaculiza, que no debería estar ahí porque molesta, incomoda, quita libertad. El sujeto se resiste a pasar por la puerta y si bien por fuera de esa puerta quedan muchas cosas, adentro se crean mundos posibles. 
Un ejemplo sencillo es proponer un ejercicio en el que la persona únicamente pueda mover un brazo y busque transmitir distintas emociones que se le van pidiendo. Este límite (no se puede mover ninguna parte del cuerpo salvo un brazo) propone a la persona que investigue y experimente las múltiples posibilidades expresivas que tiene con un solo elemento. Seguramente, habrá quienes protesten y estén todo el ejercicio pensando “yo lo haría mucho mejor si pudiera mover los dos brazos, o los ojos también, o si pudiera decir algo, etc” y habrá otros que se irán metiendo en los distintos mundos que se crean al trabajar con esa condición. Después de explorar esas posibilidades se levanta el límite y el cuerpo cobra otras dimensiones, se amplifica, toma otro peso, otros colores y cualidades que hasta antes del ejercicio estaban sumidas en un cúmulo de automatismos.
Un autor, especialista en improvisación, dice “a veces maldecimos los límites pero sin ellos el arte es imposible” (Stephen Nachmanovitch, 2004 pág. 100). Esta afirmación grafica lo central que son los límites para el trabajo creativo. Llevado al teatro espontáneo hay muchas reglas que están operando para que la espontaneidad nos conmueva. Esas reglas en general son invisibles a los ojos del que recién llega o del que mira desde afuera. No se ven a simple vista y sin embargo son los que permiten que la magia se produzca.

Publicado en El Semejante / Febrero 2013