Hacer en Teatro Espontáneo. Un
hacer gregario. Un hacer desde uno, desde lo que uno es. Un hacer con otros.
Jugar, crear, conducir,
canalizar, inventar.
Pensar en la propia mirada.
La mirada pulsa horizontes
particulares en una actividad colectiva.
Dentro del colectivo, todas
las miradas dibujan colectivos.
Cómo pensar la mirada que
tenemos en teatro espontáneo.
Me doy cuenta que en estos 10
años de transitar territorios del Teatro Espontáneo me fui encontrando con
conceptos que ensamblan una mirada personal que se fue dibujando en mi andar.
Me interesa la vida, la
poesía, la sensibilidad.
Mirar la vida y sus distintas
formas. El teatro como algo vital.
Buscar la vida que anida en
los relatos de los narradores.
Buscar el movimiento en la
escena.
Trabajar la estética,
profundizar en la técnica siempre con un norte humanizante, siempre buscando
encontrar poesía en lo humano.
Buscar que ese relato que el
narrador compartió frente a todo el auditorio cobre vida a través de la escena.
¿Qué quiere decir que cobre vida? ¿Podría ser de otra manera? Que haya una
escena no implica necesariamente que transmita algo, que llegue al corazón, que
produzca sentido. Para que transmita, toque y produzca sentido eso que se
representa tiene que irradiar, ser vital, tener vida… y no siempre se logra… no
siempre se logra de la misma manera.
Andar en el camino de lo
humano descubriendo y representando lo no humano, buscar lo vivo y encontrarse
más de una vez con lo muerto. En un mismo relato encontrar una pluralidad de
voces vivas y muertas coexistiendo. Nada es acabado y lo mínimo puede
transformar el mundo.
Que tenga vida significa
también que eso que está sucediendo sea real, que efectivamente esté
sucediendo. Este teatro contado, escuchado y dramatizado espontáneamente amasa
y produce múltiples formas con una masa tan visible como invisible llena de
energía, emoción y misterio.
A veces es una palabra que
dijo el narrador y fue tocando al público mientras lo escuchaba. A veces es
toda una escena la que conmueve y contagia humanidad. A veces es la recepción
del público la que sutilmente va instalando en los que estamos presentes
calidez y emoción. Lo que nos toca el corazón es dinámico, se mueve, un día
está acá en tal o cual escena y otro día está en la luz o en la música o en el
conjunto de todos los que co-habitan la escena.
Afloran preguntas.
Aflorar.
Brotar.
Florecer.
¿Cuál es la mirada estética
del hecho teatral que acontece en este tipo de teatro social y comunitario? ¿Cómo
se cruza el acontecer estético frente a un horizonte fundamentalmente
humanizante? ¿Qué se busca? ¿Qué buscamos los que hacemos teatro espontáneo? ¿Cuál
es nuestra mirada sobre el hecho teatral que producimos?
Abrir el juego para pensar.
Distintas miradas y búsquedas
que actores, directores, músicos, participantes del teatro espontáneo tenemos
sobre esto.
Atender a la propia mirada
para reconocer.
Hacer Teatro Espontáneo.
Hacer lugar.
Encender.
Irradiar.
Humanizar.
Amar.
Nota para Campo Grupal Abril
2014