lunes, 30 de marzo de 2015

TEATRO ESPONTÁNEO 2015

Arrancamos en abril
Estás invitado
Estás esperado
Si te interesa... no lo dudes
Si querés conocer... podés probar una clase
Si conocés a alguien que le pueda interesar... te agradezco la difusión
Lo que quieras consultar... me escribís
Todo puede ser
Todo puede pasar
Somos historias




martes, 11 de noviembre de 2014

TRAMANDO TEATRO ESPONTÁNEO

Grupo de Formación 2014
Funciones Cierre del Año


EL ENCUENTRO Y EL TEATRO ESPONTÁNEO

Si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado


En Septiembre abrí un tema pensando de qué se trata cooperar con otros en lo que hace al teatro espontáneo o la improvisación teatral, iluminando lo primero que se activa a la hora de improvisar con otro. En Octubre jugué con la imagen de improvisar en relación a cocinar con otros platos creativos pedidos en el momento.

Este mes fui buscando qué era aquello que necesitaba contar y compartir. El tema de la cooperación me queda dando vueltas como si fuera un halo que se abrió y quedó esparcido flotando por todos los alrededores. El universo del hacer con es basto y diverso, entonces me di cuenta que lo que quería compartir era mi experiencia de trabajo en equipo. Cuántas veces hablamos de un tema y luego advertimos que nuestra realidad no se condice con esos conceptos tan interesantes que aprendimos. Justamente por esto hace falta divulgar las experiencias que están en esa sintonía.

Algo que me cautivó desde el inicio del Teatro Espontáneo (TE) fue su capacidad para articular e integrar distintos elementos del trabajo en equipo. Para lograr una composición teatral armónica debe ejercitarse la apertura y la disposición para hacer con otros, y cuando digo otros me refiero a los compañeros actores, músicos y director como también a los demás participantes, como las historias, las escenas, el público, los narradores y demás personas que están presentes en las diversas formas de hacer este teatro del momento.

Justamente por sus cualidades de inacabado, imperfecto, improvisado, singular, único, irrepetible había que entrenarse para que todo eso no produjera un sinfín de bloqueos que están a la orden del día  (bloqueos que mencioné con más detalle en la nota de Septiembre).

Ahora bien, comenzar a andar este camino espontáneo me fue llevando a conocer a otros que también se sentían cautivados por esta técnica. Con algunos armamos una compañía de TE, luego fui conociendo otras compañías que también funcionaban en Capital Federal y también personas que sin un grupo fijo utilizaban elementos y conceptos que aportan estas herramientas. Fui conociendo grupos que llevaban adelante estas prácticas en diferentes provincias y en diferentes países; y que la utilizaban de diferente forma como estrategia de intervención comunitaria, como recurso para trabajar en organizaciones y empresas, como modos terapéuticos, como entrenamiento, como forma de contacto con uno mismo, como si fuera un club social de amigos; algunos con búsquedas más cercanas al psicodrama, otros con búsquedas más cercanas al teatro y al clown.

Esos grupos y personas en todos estos años fueron dando a lugar a producir Encuentros Nacionales e Internacionales (2005-Córdoba-Argentina; 2007-Chile; 2009-Uruguay; 2011-Sao Pablo-Brasil; 2013-Paraguay).

Acá en Argentina se dio el 1º Foro Latinoamericano en el año 2005 y fue recién en el año 2012 que también en Córdoba, en la Ciudad de Agua de Oro se produjo el 1º Encuentro Nacional.

Todo esto hace al andar en conjunto. Organizar Encuentros Nacionales e Internacionales para compartir experiencias, para escribir la historia del movimiento de TE es un ejemplo maravilloso de lo que es Cooperar, de hacer con otros.

Este mes en Noviembre se realizará el 2º Encuentro Nacional de Teatro Espontáneo en Buenos Aires. La historia se sigue escribiendo. El movimiento colectivo de la comunidad espontánea vuelve a tener una casa para reunirse. Son hitos que plasman claves simbólicas a una trama que se va escribiendo día a día, desde cada uno y por sus propios puntos, nudos y grietas. No se trata de pensar que en cada Foro o Encuentro estén TODOS los que trabajan con TE sino saber que esas reuniones nos cuentan que hay un movimiento que sigue vivo y que se sigue escribiendo a sí mismo.

Esta vez soy parte del grupo que se juntó para organizar este Encuentro. Parte de un grupo que trabajó mucho para dar lo mejor de sí, en cada reunión, en cada idea y en cada acción para poder materializar este sueño. 





COOPERAR: CONCIENCIA DE LOS OTROS (2º PARTE)

La nota del mes anterior la titulé como la de este mes Cooperar: Conciencia de los otros y puse entre paréntesis 1º parte, porque encontré en este tema de cooperar varias aristas que se fueron abriendo en el quehacer del teatro espontáneo y me pareció interesante hacerles un lugar.

En septiembre mencionaba el hacer con como un modo de pensar la cooperación en el trabajo de creación conjunta y espontánea.  Cerraba la nota expresando la idea acerca de cómo en este tipo de entrenamiento subyace una lógica solidaria que nos acercan al otro, nos hacen considerarlo, valorarlo y en ese reconocimiento nos enriquecemos.

Improvisar, hacer con otro algo que ninguno de los dos conoce categóricamente ni al detalle ni sabe por anticipado, es algo que no se conoce hasta que se construye y que se construye un poco a ciegas, otro poco registrando lo que nos pasa y otro poco en un acto de fe -diría mi parte espiritual-. Podríamos pensar que improvisar es como cocinar imágenes con climas, esencias, condimentos y sabores. Cada vez algo distinto. ¿Cómo sería? ¿Cómo es cocinar imágenes que tengan gusto, sabor, que lleguen al corazón y hacerlo en el momento? ¿Cómo es cocinar con otros con los que no podés ponerte de acuerdo previamente salvo en el momento en el que ya están cocinando? Los mismos cuerpos son parte de la materia en el acto de improvisar-cocinar. ¿Cómo hacer con otro algo inédito, nuevo?

En principio –se me ocurre- teniendo conciencia de que además de uno están los otros que también participan en la cocina, que no hay roles fijos, ni reglas rígidas, ni un guión preciso. Por el contrario, hay algunos materiales básicos (telas u objetos), algunas esencias (músicas) y cuerpos vivos, expresiones, gestos, movimientos que son los que van a ir tejiendo esa cocción que irá produciendo escenas.

Cada vez tenemos que pasar por no saber lo que vamos a cocinar ese día y saber que nos vamos a enterar en el mismo momento lo que el público quiere comer y que a la vez eso que pidan tiene un valor emocional y psíquico muy hondo. Todos estos son elementos que dibujan un territorio organizado por incertidumbres. Ciertamente produce mucha ansiedad y elegir andar este camino implica tener que vérselas con las distintas ansiedades internas,profundas y también grupales,colectivas y culturales que aparecen plato tras plato,ejercicio tras ejercicio,función tras función.

Cooperar en este punto sería algo así como llevar lo que tenemos, advertir lo que el otro ofrece y juntos armar un plato poético con un sabor sensible que haya podido captar la esencia de lo que el narrador (público) contó.

Hacer teatro espontáneo es una cocina que alimenta el alma, trabaja el espíritu y nos permite crecer como personas.

 Nota Publicada en El Semejante/ Octubre 2014


viernes, 5 de septiembre de 2014

COOPERAR. CONCIENCIA DE LOS OTROS (1 º parte)

Una de las cosas que más repito cuando doy un taller de improvisación teatral o de teatro espontáneo es que gran parte del entrenamiento se basa en ejercicios de cooperación, de trabajo en equipo. Es clave desarrollar estas nociones en la acción teatral para lograr que la creación colectiva y espontánea se realice.

¿Qué sería cooperar? ¿En qué consistiría?

En principio podría señalar que tiene que ver con HACER CON. Para cooperar con otro es necesario reconocer y aceptar a los otros que están en escena junto conmigo. Esto que parece obvio decididamente no lo es.

Muchas veces lo que nos muestran los ejercicios de improvisación es que el actor hace cosas como si estuviera solo en el sentido de que pasa por alto o deja caer las propuestas del compañero. Controlar, competir, pelear, imponer son actitudes muy comunes y frecuentes en estos talleres, al menos cuando uno comienza este camino espontáneo. Es más importante aún comprender que nadie lo hace conscientemente, nadie dice voy a pelear con el otro, le voy a decir que no a todo lo que proponga. Más bien lo contrario, se quiere hacer una escena con el otro pero sin advertirlo se rechaza las propuestas, se impone o quiere controlar lo que pasa. Esto sucede porque al no haber tiempo de preparación ni un guión establecido y mucha incertidumbre en lo que se improvise, se activan miedos y ansiedades en cada uno y aparecen esas acciones que nos bloquean el camino solidario. Lograr acciones improvisadas con otros implica trabajar directa o indirectamente con nosotros mismos y nuestros miedos.

Un aspecto básico para cooperar es poder VER a mi compañero, lo que no significa sólo mirarlo sino verlo, conocerlo, estar atento a lo que dice, hace, acciona, estar disponible para acompañarlo, complementarlo. Pensemos que si hay que improvisar una escena de a dos y ambos tienen esta actitud cada uno va a estar atento a lo que proponga, sienta y exprese el compañero.

Pongamos un ejemplo de teatro espontáneo. Alguien cuenta que está alegre y quisiera ver representada esa sensación. La directora les indica a los actores que lo hagan con una estructura de escultura fluida. Para ilustrar lo que venimos diciendo sobre la cooperación podríamos decir que los actores habiendo recibido las indicaciones ya están listos para salir al espacio dramático. Acá se encuentran frente a dos caminos posibles.  Un camino es que vayan saliendo de a uno, cada actor con su propuesta hasta que estén todos en escena y finalice la representación.

El otro camino es que cada uno vaya saliendo con una propuesta al espacio dramático (hasta aquí igual que el 1º camino) y a medida que los compañeros se van sumando ir conectando, registrar las otras propuestas, esta porosidad va a permitir que mi propuesta se vaya modificando, se transforme y así las de cada uno para ir mezclándose con las otras hasta volverse una –más grande y poderosa-. Cuando esto se logra todos los percibimos, se siente a nivel energético, poético, de potencia. En este segundo camino se dio la cooperación, atender a los otros que están junto conmigo y construir una escena, juntos.


Hoy en día que se habla tanto del individualismo (egoísmo), el sálvese quien pueda, como de la indiferencia frente al otro, este tipo de actividades desarrollan una lógica solidaria que nos acercan al otro, nos hace considerarlo y aceptar las potencias de cada uno. Y en ese acto se produce un nosotros que [muchas veces] nos da sentido. 

Publicado en el periódico "El Semejante" / Septiembre 2014