viernes, 26 de agosto de 2011

¿El Teatro espontáneo y la Improvisación teatral son lo mismo?

Muchas veces que me encuentro con gente y les cuento que hago Teatro Espontáneo lo asocian inmediatamente con la Improvisación Teatral. Es una asociación que tiene su sentido, al menos por los nombres espontáneo e improvisación, por el significado de ambos pero... en principio es importante afirmar que son dos técnicas bien diferentes, que nacieron de búsquedas distintas.

Si bien estas dos maravillosas técnicas-dispositivos habilitan extensos comentarios en esta ocasión deseo ser más bien gráfica que erudita con el objeto de dejarle al lector una especie de cuadro descriptivo con sus marcadas diferencias.

En la Improvisación Teatral (Impro) el grupo de actores en una función de impro va a crear, inventar una historia a partir de un disparador que dé el público. Va a crear una historia por cada disparador que propone el público. En general se utiliza que algún espectador invente una oración sencilla y es a partir de esa oración inventada que el grupo de actores improvisará una historia con inicio, desarrollo y desenlace. Otras veces se entrega un papel al inicio y cada espectador escribe algo que después se leerá en voz alta y será el título de la historia a inventar.
Esta capacidad de poder inventar en grupo es lo que hace al corazón de la impro. Casi sin ponerse de acuerdo se lanzan a la aventura vertiginosa de poner el cuerpo y fluir con los otros. Es un trabajo de equipo más que interesante en el que hay que trabajar todo el tiempo con la aceptación del otro, aceptar sus propuestas, sus motores y que no haya obstáculo alguno. Escribí hace unos años un artículo llamado "La improvisación teatral y aceptar lo diferente" en el que describo un poco más esta técnica.
Desde esta óptica, el entrenamiento para improvisar consta de ejercicios de colaboren a la tarea de crear desde cero o con una frase sola con los otros.
En general, tanto los entrenamientos como las funciones de impro mantienen un halo desopilante, hay mucho humor y mucha alegría.

Ahora pensemos juntos el teatro espontáneo (TE). En esta técnica el grupo de actores durante una función de TE va a representar historias y sensaciones que cuenten los espectadores. Me detengo acá. El espectador cuenta una sensación que tiene ahí, en el momento, una sensación que está viviendo -no es inventada- y el grupo de actores representa esa sensación. Del mismo modo se trabaja con las historias. La persona que desea, levanta la mano y el director le permite que cuente lo que tiene ganas. Todo el auditorio escucha su relato, su historia y luego los actores la recrean.

Marilén Garavelli, en Odisea en el Espacio dice: “Pero la historia, a partir de ese momento deja de pertenecerle [al narrador cuando  finaliza el texto ].  Esa historia que fue narrada por uno y estructurada por otra, será desarmada por los actores que jugarán con ella dando cuenta de lo que sugirió desde la narración, pero también de lo que no se dijo, transitando las grietas del texto, los desplazamientos y las condensaciones, fugándose del centro hacia los bordes del relato... (...) la historia ya es de todos los que asisten a ese momento de creación colectiva.  Se despliega y se desvía por líneas de fuga hacia los bordes del relato, se multiplica en la audiencia, dando lugar a otras escenas, otros desvíos, otras historias...”
Me pareció interesante incluir esta cita porque es la historia la que marca la gran diferencia entre un dispositivo y otro. En la impro, la historia se inventa, se crea a partir de una oración también inventada. En TE la historia la aporta el narrador, cuenta algo personal, algo vivido y a partir de ese guión los actores trabajarán en la escena.

Estableciendo sus claras diferencias, podemos decir que tienen sus semejanzas en cuanto al trabajo grupal, al trabajo en equipo, a poder crear con el otro, aceptando su aporte y confiando en el grupo. Ninguno de los dos trabajos se puede realizar si no hay entrega, confianza, reconocimiento del otro. En ambas técnicas se va a improvisar, pero en un caso habrá un vértigo absoluto y en otro caso habrá un compromiso emocional con el relato ya habido. Ambas permiten trabajar y descubrir la creatividad personal a partir del trabajo con el otro.

Como dije al inicio, hay mucho más para escribir y para pensar a partir de cada una de las técnicas. Y por ahora me gustaría detenerme en este pantallazo, en este boceto y escuchar el eco que se produce. Los invito a comentar.

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